martes, 13 de noviembre de 2012

¿Qué es educar?

¿Qué es educar?
Educar, Educación, Educado; son términos que estos últimos días estamos oyendo más que nunca. Pero, ¿realmente los que utilizan estos términos conocen su significado?
Me gustaría pensar que sí, que todo el que habla de educar y de educación sabe lo que quiere decir. Pero la realidad es que existen múltiples concepciones de dichos términos, es decir, cada persona asocia el término ``educar´´ a un significado distinto según su experiencia, su conocimiento o su ideología. Es por eso que nombrar los distintos significados que adquiere la palabra ``educar´´ sería imposible en un ensayo como este. Por lo tanto me voy a centrar en lo que significa para mí dicho término.
Fernando Savater nos dice que educar es: ``creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la acompaña…´´, dice que ``los hombres podemos mejorarnos los unos a los otros por medio del conocimiento´´. En mi opinión, la concepción que tiene Savater de educar es totalmente correcta y aceptable, pero como ya he dicho, cada persona la concibe de una manera distinta. Por lo tanto, para mí educar es el proceso por el cual se ofrece a una persona un aprendizaje, unas experiencias, unas inquietudes, pero a la vez unas pautas básicas a seguir para alcanzar el mayor conocimiento. Con esto queda dicho que la acción de educar no es exclusiva de las escuelas, sino también de las propias familias. Y es que la familia es una de las fuentes de aprendizaje más básico de la persona; sin ir más allá, los primeros movimientos, las primeras palabras se aprenden en el entorno familiar. De ahí, su vital importancia.
Sin embargo, también son increíblemente importantes las escuelas y los maestros en la acción de educar, y –en mi opinión y la de muchos otros- desde las instituciones y los mandatarios no se le está prestando la atención que merece. Las inversiones de fondos deberían tener como destino principal las escuelas y los maestros, dos instrumentos clave para el aprendizaje y la educación de la persona. De todas formas no quiero entrar a criticar al sistema de destinación de fondos, porque eso nos llevaría rato y más de un ensayo; sino que quiero analizar lo que significa educar.
Cuando una persona oye dicha palabra, rápidamente la suele asociar a los términos de ``formar´´ o ``instruir´´. Esto se debe a que en los últimos años la educación se ha convertido en un instrumento de formación de ciudadanos acordes al sistema, a las leyes y fácilmente manejables. Es decir, las leyes implantadas desde hace tiempo se destinaban a instruir a las personas para que siguieran unos modelos, que fueran acordes a la sociedad, que no destacaran en otras cosas, y sobre todo que no fueran rebeldes. Está claro que ha habido excepciones, y que actualmente cada vez hay más personas innovadoras, con ideas diferentes, originales, luchadoras, con deseo de saber y aprender más, y que son calificadas como ``rebeldes´´.
Son rebeldes respecto a lo impuesto, respecto a las ideas de formación e instrucción extendidas en la sociedad, respecto a los profesores que imponen y no enseñan.
¿Quién no ha tenido nunca al típico/a maestro/a que en vez de enseñar e interactuar con los alumnos, se dedicaba a hablar y hablar y hablar y hablar, y cuando finalizaba la clase recogía sus cosas y se iba sin ni siquiera despedirse de sus alumnos? No pretendo criticar a este tipo de profesores, solo doy a entender que ese tipo de enseñamiento o educación no es el correcto para el desarrollo de la persona.
Con ello, mucha gente se preguntará, y entonces ¿cuál es el modelo ideal para educar?¿cómo podemos llevar a cabo una alternativa a este modelo de educación?
Pues se ha tratado mucho sobre la respuesta a estas preguntas, y son muchos los autores que han hablado de ello y defienden distintas alternativas. Entre otras ideas:
-Eliminar la obligatoriedad de la educación, al menos en secundaria.
-Por parte de los maestros, desarrollar los temas de su asignatura de manera que el alumno pueda participar desde el primer día.
-No imponer y obligar a realizar unas determinas actividades, simplemente decir que sería conveniente hacerlas.
-Fomentar el deseo de saber de los alumnos mediante contenidos y asignaturas que elijan ellos y consideren interesantes.
-Aumentar las posibilidades de comunicación entre alumnos, de intercambio de opiniones; evitando tener a los alumnos callados y quietos escuchando el sermón del profesor.
-Fomentar la innovación entre los alumnos, dando una serie de pautas que les permitan desarrollar ideas propias y diversas.
Ya es bien sabido que es muy difícil cambiar el modelo educacional impuesto, pero nunca bien mal aportar ideas y creencias diferentes.
Eso sí, estas ideas están destinadas a las escuelas, pero todo proceso de educar comienza desde la familia, desde donde realmente se comienza a educar a la persona.






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